viernes, 11 de marzo de 2011

Ensayo de actividad final de la primera unidad.

INTRODUCCIÓN

Durante largo tiempo, la idea de conocer el desarrollo del niño ha resultado ser un tema de poco interés, sobre todo en nuestra práctica docente, sin embargo ¿De qué nos sirve conocer todos estos temas? ¿En que nos beneficia conocer este desarrollo del niño?, y ¿Cómo podemos utilizar este conocimiento en beneficio de los propios alumnos?, es en estas interrogantes donde considero indispensable tratar de analizar cada uno de los aspectos referentes a estos planteamientos, para poder adentrarnos en temas que competen al desarrollo del niño y su desempeño escolar, que sin duda alguna, nos auxiliará a entender el comportamiento de nuestros alumnos con los que diariamente convivimos y de esta forma poder identificar algunos actuares que llegan a tener en el salón de clase.

Comúnmente, los docentes nos damos a la tarea de tratar de entender la conducta, el comportamiento y el desarrollo de nuestros alumnos por puro juicio, (por nuestras experiencias, observaciones y hasta por costumbre), sin tener un referente teórico que nos respalde, pues de alguna forma así crecimos y fuimos educados y donde difícilmente se realizaba una explicación teórica sobre este desarrollo que sufre el alumno durante su estadía en la escuela primaria; se daba por fehaciente que el alumno era de alguna forma un sujeto mecánico que siempre debe aprender lo mismo y que en cierta edad debe captar ciertos conocimientos propios; ahora con todos estos estudios y con todas estas teorías, podemos asumir que no es verdad y que es necesario conocer cada una de las etapas de su desarrollo, para de alguna forma, delimitar conocimientos propios de su edad, ya que se caía (en algunos casos todavía es evidente esta tradicionalidad) en el error de intuir que el desarrollo del niño era lineal, ya que los maestros tenían su propia forma de enseñar y por ende intervenían en el aprendizaje del niño.

Entonces, en el presente ensayo trato de reflexionar sobre este necesario conocimiento que debemos adquirir los maestros para potenciar nuestras capacidades, habilidades y destrezas que tendrán como objetivo, abordar los distintos contextos del desarrollo de nuestros alumnos, pues en gran medida con el uso de los mismos, podemos brindar aprendizajes coherentes a su edad y en consecuencia crear personas más críticas, reflexivas y competentes que puedan enfrentar las distintas problemáticas en su contexto sociocultural y así poder sobrevivir ante los requerimientos de esta sociedad tan cambiante.


EL DESARROLLO DEL NIÑO, ¿UN CONOCIMIENTO NECESARIO O EMPÍRICO PARA LOS DOCENTES?

Para entrar en tema, debemos considerar algunos términos que estaremos utilizando en los consecutivos párrafos, tal es el caso de crecimiento, maduración y desarrollo, pues serán el pilar para la correcta comprensión del planteamiento inicial.

Como primer concepto, me referiré al crecimiento apoyándome en los estudios de Tanner para tratar de explicarlo. Este autor, en sus investigaciones, describe al crecimiento como “un proceso muy regular y organizado” , sin embargo, estas condiciones no tienen que ser iguales en todos los seres humanos, es decir, ciertamente cumplen un ritmo, pero hay aspectos que influyen en su inicio, desarrollo y termino; estos aspectos pueden referirse a términos de cuestiones fisiológicas que suceden en el proceso de crecimiento (los genes, la alimentación, las enfermedades, etc.), para posteriormente partir a los periodos críticos de crecimiento y desarrollo, donde nos alude a entenderlos por determinadas etapas de duración limitada, durante la cual una influencia particular de otra área del organismo en desarrollo, o del medio, evoca una respuesta particular , y donde una respuesta puede ser benéfica y hasta esencial para el desarrollo normal o patológico.

Ante estas investigaciones de Tanner logramos encontrar el desarrollo por etapas que se refieren a cada momento en el cual el ser humano va desarrollando distintos logros tanto motores (gatear, andar, etc.), cognitivos (pues al producir un problema se va buscando la mejor solución y esto constituye un avance en su desarrollo ) y hasta emocionales, y donde nos contrasta al crecimiento físico, ya que como tal, no se realiza en una serie de saltos, sino es continuo. Con lo anterior, podemos llegar a la concepción de que “La mejor manera de considerar el desarrollo es como una serie de múltiples procesos que se traslapan temporalmente y están enlazados unos a otros, a veces flojamente, a veces de modo más apretado” .

Otro concepto que nos compete presentar en este texto es el de maduración, y aunque muchas veces hemos escuchado el término, creo que no lo ocupamos de forma correcta. Una forma de entenderlo es en nuestro propio contexto, pues debemos de generar que los alumnos maduren en su pensamiento y puedan lograr los conocimientos necesarios para sobrevivir en la sociedad y que estos no solamente le sean factibles para resolver problemas escolares, sino que los ocupen en su vida cotidiana para encontrar soluciones, es decir, que le sean significativos.

A toda esta palabrería anterior, de alguna forma tengo que establecer una línea divisoria entre los tres conceptos manejados hasta el momento y de manera tal, que desde el enfoque pedagógico los podamos entender puesto que si ignoramos el conocimiento propuesto, podemos confundirlos en algún momento.

Ahora bien, el crecimiento lo podemos entender desde aspectos meramente cuantitativos, es decir, podemos ejemplificarlo con un individuo; él puede pesar y medir tanto, estamos midiendo su crecimiento, estamos evaluándolo en base a términos que nos resultan perceptibles a simple vista, pero no podemos establecer términos que pueden ser cualitativos; pues es en este momento donde entra la maduración, al indicarnos que es posible distinguir la formación fisiológica y anatómica, que compete a la conducta, ya que a través de ella, de alguna forma podemos medir que tanto puede funcionar en una sociedad y que tan equilibrado puede resultar este individuó en su quehacer diario. Aunque algunas veces podemos decir que nuestros alumnos son “maduros”, ¿esta concepción estará bien utilizada?, pues de alguna forma, ajustándonos en su edad, puede resultar errónea y equivoca la utilización de este término. En último lugar aparece el desarrollo como una generalidad de las concepciones utilizadas hasta el momento, al seguir siendo el punto central del planteamiento y, donde incluyen aspectos tanto cualitativos como cuantitativos, hablando de los conceptos anteriormente usados que son crecimiento y maduración, pero ¿Qué es lo que distingue este concepto de los demás?, y es en esta interrogante, donde podemos distinguir el manejo de semblantes tanto sociales, culturales, emocionales, fisiológicos, psicológicos y del comportamiento, entre otros, que sin duda alguna se entrelazan en algún momento de nuestra vida.

Es tiempo de recalcar algunos términos esenciales que los investigadores como Piaget y Wallon nos mencionan y que no debemos de enredar; tal es el caso de términos como escalas de desarrollo y estadios de desarrollo, pues estos últimos han sido definidos para identificar los niveles funcionales , ya que las escalas a las que se refieren, son descriptivas, mientras tanto los estadios se basan en una sucesión funcional, esta idea fue en base a las investigaciones hechas por Piaget donde estudia las operaciones intelectuales tal como se presentan al observador a lo largo de la asimilación del niño . Al señalar las posturas de Piaget, podemos puntualizar que a los alumnos les gusta interactuar con los objetos y por tanto tienen que estar en constante uso con los mismos, en consecuencia, esa responsabilidad de proporcionar interactividad recae en nosotros los docentes.

Mientras tanto Wallon hace un contraste con los estadios planteados por Piaget, pues él, describe al desarrollo emocional y a la socialización . Esto lo podemos transpolar a una sociedad en donde su comportamiento tiene que ver con el propio actuar de los individuos que entrelaza; y ocupa el termino de integridad educativa al ser continua, para lograr ser parte fundamental de los conocimientos que deben ser adquiridos en generaciones posteriores y que deben ser sobresalientes y consecutivas en esta sociedad tan cambiante.

En una conjetura en los que ambos autores coinciden y tienen semejanza es en el desarrollo psíquico, donde lo describen como “una construcción progresiva que se produce entre el individuo y su medio ambiente” , pues enfrentan al desarrollo del alumno como una realización que es progresiva en las funciones establecidas y siendo la adaptación una característica de todo ser vivo, según su grado de desarrollo, obtendrá diversas formas y estructuras. De esta forma el niño puede dar muestras de felicidad o incomodidad; en este término y en base a los contenidos establecidos en algunos cursos que he tomado, he comprendido que resulta valioso tomar en cuenta estos aspectos, al ser parte fundamental en el desempeño de los niños, ya que si se sienten a gusto con lo que hacen, pueden adquirir conocimientos significativos y que les resulten interesantes en su cotidianeidad para adecuarlas en el entorno y en su propio desempeño.

Como aclaré desde el principio, me apoyo en las investigaciones y estudios realizados por autores que conciernen al desarrollo del niño y principalmente establecen términos que nos pueden resultar tan notables para adquirir conocimientos referentes al tema, y aunque estos planteamientos en ocasiones llegan tener contrastes entre lo que aportan (operación intelectual y desarrollo emocional y la socialización), pareciera que se trata de dos semblantes distintos, sin embargo, son complementarios para entender tanto los procesos de desarrollo cognitivo, como los cambios estructurales característicos de cada etapa en el desarrollo cognitivo.

Retomando el planteamiento inicial, puedo señalar que en el desarrollo del niño habría que comprender aspectos que necesitan de su estudio y que apuntan a conocer las teorías que los investigadores han propuesto, y adoptarlas en nuestra labor, pues como profesionales de la docencia es obligatorio conocer la psicología infantil con el fin de establecer protocolos que nos proporcionen referentes para mejorar nuestra practica y “establecer pautas que nos lleven a mejorar los procesos cognoscitivos” .


CONCLUSIONES

De alguna forma, estas tan imprescindibles teorías nos llevan a identificarnos en lo que realmente pasa en nuestras aulas, en las que casi nunca nos preguntamos ¿Qué pasa con nuestros alumnos? o acaso nos hemos preguntado ¿En que estadio esta mi alumno?, ¡No verdad!, nunca nos hacemos este tipo de preguntas, todo lo damos por entendido, la gran parte de nuestro tiempo, nos preocupamos por que los alumnos aprendan sin conocer su desarrollo. Aquí radica la importancia del estudio del desarrollo de los niños para poder entremeterse en las diferentes situaciones que cotidianamente ocurren en nuestra aula. Esto refuta las palabras anteriores, pues es de gran importancia conocer el desarrollo del niño desde sus inicios, por ser la plataforma, para comprender la vida en un futuro cercano, y las nuevas concepciones que él tendrá para innovar al mundo.

Con esto pretendo, que seamos los primeros en reflexionar sobre lo que realmente hacemos con nuestros alumnos y si conocemos (tal vez no a ciencia cierta, pero con un nivel aceptable) estas teorías relacionadas con el desarrollo de los niños, poder adoptarlas en nuestra práctica docente y formar en nuestros alumnos un mejor desarrollo en cada ámbito de su vida, por consiguiente, poder discernir qué tipo de conocimientos son los pertinentes para ellos.

Quisiera comentar, que este planteamiento de reconocer el desarrollo del niño, a los docentes nos proporciona un amplio panorama para poder aplicar destrezas, habilidades, herramientas y competencias (por ser un término utilizado actualmente) , que nos auxilien en la correcta adecuación de las experiencias dentro y fuera del aula, para no caer en el mismo proceso educativo tradicionalista y concretarnos en encaminar a los alumnos en búsqueda de sus propios conceptos de acuerdo a su etapa humana y, lograr con esto, que sean más propositivos y dinámicos, en consecuencia lograr que nosotros seamos formadores de su educación, al ser de cierto modo, el anclaje para que ellos puedan construir su propio conocimiento.

Para concluir, puedo definir a las constantes relaciones que se establecen en este proceso tan complicado (para los que no tenemos tantos referentes) de desarrollo del niño, que resulta esencial como docentes estar al tanto, ya que sin estos referentes, no podremos acceder a proporcionar un análisis concreto de su progreso en las distintas “etapas”, pues resulta vital conocer este desarrollo que atañe a todos nuestros alumnos, con el sentido de poder encaminarlos a desarrollar en ellos un conocimiento que les sea significativo y trascendental en esta etapa de su vida con madurez y seguridad propia.